19 mayo, 2007

Pretty, witty Nellie.





Nell Gwyn (1650-1687) fue una de las amantes del rey Carlos II de Inglaterra. A diferencia de sus otras amantes (tuvo trece que se conozcan), Nell no procedía de la aristocracia ni de una familia acomodada. Se crió en un burdel y vendía naranjas en un teatro. Se cree que también se prostituyó a temprana edad. A los catorce años debutó como actriz. La niña tenía belleza y desparpajo por lo que pronto triunfó en la comedia. Fue analfabeta toda su vida lo que le hacía más difícil memorizar los papeles que alguien tenía que leerle.

Su belleza, ingenio y gran sentido del humor conquistaron el corazón del rey. Su buen corazón, falta de codicia (le pidió al rey 400 libras anuales, recibió 4.000 el primer año y varias propiedades) y su generosidad con los pobres le granjeó el cariño del pueblo, que la veía como una igual. Su historia recuerda a la de la Cenicienta.

Nellie amaba realmente al rey y le fue fiel. Tuvo dos hijos de él pero solo sobrevivió uno. No pidió un título nobiliario para si misma como las otras amantes, aunque consiguió sutilmente un título para su hijo. En una visita que les hizo el rey ella llamó al niño con estás palabras: “ven aquí pequeño bastardo”. El rey horrorizado la reprendió y ella le contestó “¿cómo quieres que le llame si no le has dado nombre?”. Le concedió el Condado de Burford.

Fue la única amante de Carlos II a la cual la reina, Catalina de Braganza, sentía simpatía. El rey en su lecho de muerte le pidió a su hermano que se ocupara de ella y no la dejara pasar hambre. Dos años después de la muerte de Carlos, Nell sufrió una embolia que la dejó postrada en la cama hasta que murió de un segundo ataque. Tenía 37 años. Fue enterrada en la Iglesia de San Martin-in-the-Fields, en la esquina de Trafalgar Square, Londres. A su entierro acudió una multitud para despedirse de la “naranjera” pelirroja que se convirtió en la cortesana del rey. El funeral fue oficiado por el futuro arzobispo de Canterbury.

No será recordada como otras cortesanas por sus servicios al país ni por sus intrigas palaciegas. Nellie pasó a la historia por sus agallas, su elocuencia y su encanto.

14 mayo, 2007

Si quieres que te sigan las mujeres, ponte delante.


Barroco nos evoca imágenes de mujeres robustas de rosadas carnes y curvas voluptuosas. Exceso, exageración, opulencia…

En España la realidad era bien distinta. Eran tiempos convulsos, caracterizados por una excesiva burocracia y la despreocupación de los monarcas por el pueblo llano, guerras de religión interminables financiadas con el oro de las colonias, reformas y contrarreformas, miseria, despoblación en el campo y hambrunas.

Por otra parte fue una época prolífica en el campo del arte y la literatura, además nace un nuevo género: la novela picaresca.

El fervor religioso de algunos monarcas hizo peligrar el negocio de las mancebías (burdeles). Las cortesanas de alto nivel intentaban pasar desapercibidas y parecer mujeres virtuosas. En ocasiones eran acompañadas en público por alguna mujer mayor (dueña) que en realidad eran alcahuetas o celestinas.

Aquí encontraréis un interesante artículo sobre las cortesanas en el Madrid barroco.

Algunas frases célebres de la época:

“El oro es como las mujeres, que todos dicen mal de ellas y todos las desean”. Félix Lope de Vega.

“Si quieres que te sigan las mujeres, ponte delante”, Francisco de Quevedo.

“Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos”, Pedro Calderón de la Barca.

“Lo bueno si breve, dos veces bueno”, Baltasar Garcián.

13 mayo, 2007

Sauces y cerezos.

Yoshiwara, nombre que significa El Buen Prado de la Suerte, fue un famoso distrito rojo en Edo en lo que hoy es Tokio, Japón. Fue creado en el año 1617 por orden de Tokugawa shogunate restringiendo la prostitución a distritos designados en la ciudad.

El emplazamiento original de Yoshiwara fue cambiado en 1657 a raíz de su destrucción por el incendio Meireki. Se renombró Shin Yoshiwara (nuevo Yoshiwara) para diferenciarlo del barrio original, rebautizado como Moto Yoshiwara (Yoshiwara original). En el interior del recinto se plantaron sauces, símbolo de prostitución en China, y cerezos en la calle principal, Shin-Yoshiwara Nakanochô. La belleza de las cortesanas era comparada a la belleza de los cerezos en flor durante la noche.
Como la mayor parte de los barrios de placer, Yoshiwara fue rodeado por un muro de madera y un foso, dejando una única puerta de entrada, conocida como ômon (Gran puerta). De esta forma se impedía a los clientes marcharse sin pagar y se evitaba que las cortesanas escapasen, pues muchas de ellas habían llegado allí en contra de su voluntad.

Yoshiwara no surge exclusivamente como un lugar de placer, sino que traspasa estos límites para converstirse en un centro generador de cultura. Unida a la cultura de Yoshiwara aparece la geisha, término utilizado desde el siglo XVIII. Originalmente, el término geisha (persona de arte) se aplicaba a hombres y mujeres que bailaban y cantaban para alegrar las fiestas con su talento artístico. Legalmente estaba totalmente prohibido a las geisha ejercer la prostitución y, por tanto, competir con las ôiran y otras cortesanas de menor rango.

En un momento, Yoshiwara contó con sobre 3.000 mujeres que servían como prostitutas. Los Rōnin, samurais sin amo, no eran permitidos, en o cerca de lugares de prostitución, excepto una vez al año para ver el sakura o florecimiento de los cerezos y visitar a parientes fallecidos. El Yoshiwara mantenía un aura de misterio y refinamiento. Las prostitutas podían variar en clases sociales, yendo desde extremadamente pobres hasta muy ricas.

05 mayo, 2007

La ópera y las cortesanas


Algunas de las protagonistas de las óperas más populares han sido cortesanas. Desgraciadamente, la mayoría de estas heroínas tenían un final trágico. Unas eran autenticas femmes fatales, otras, buenas mujeres que cometieron el error de enamorarse del hombre equivocado.

Las más famosas:

La Traviata ('La Descarriada') de Giuseppe Verdi. El texto, de Francesco Maria Piave, está basado en la novela de Alexandre Dumas (hijo) "La dama de las camelias".

Tais, de Jules Massenet. Esta hetaira, admirablemente bella, reinaba sobre los jóvenes corazones atenienses

Manon, la chica mala por excelencia (joven, bella y caprichosa) es la protagonista de la novela de Abbé Prevost, L'historie du chevalier des Grieux et de Manon Lescaut, de la que se han hecho varias versiones operísticas:

- Manon, de Jules Massenet.
- Le portrait de Manon, de Jules Massenet.
- Manon Lescaut, de Giacomo Puccini.
- Boulevard Solitude, de Hans Werner Henze.




La ópera es un “acto de fe”, allí donde el libreto dice que era una joven de gran belleza solemos encontrarnos cantantes maduras de “peso”, aunque lo importante en este caso es la voz.

La Cortesana honesta: La vida de Verónica Franco

En la Venecia renacentista convivían dos clases de cortesanas: la cortegiana onesta, cortesanas intelectuales, y la cortigiana di lume, cortesanas de clase baja más parecidas a las prostitutas de hoy y que solían ejercer cerca del puente de Rialto.

Las primeras solían disfrutar de privilegios únicos; visten valiosos vestidos bordados en rojo, leen, componen poemas y música, y discuten asuntos de Estado con los hombres que gobiernan la República.

Quizá la figura más destacada de esa época es Verónica Franco, poetisa y cortesana. Como muchas cortesanas famosas, Verónica más que bella era atractiva, y sobretodo muy culta. Prueba de su cultura fue la publicación de un libro de poemas amorosos, tema en el que era una experta y en el que muestra su elegancia y su amor por el lujo. Su honradez y honestidad le abrieron muchas puertas en la alta sociedad.

En el año 1572 aparecía su nombre en la lista oficial de tarifas que tenían las cortesanas de Venecia, Il Catalogo di tutte le principale et piu honorate cortigiane di Venecia. Su precio era de tan solo dos escudos, un valor bastante mediocre, sin embargo, tan solo un año después su nombre estaba en boca de toda la ciudad. Así, en el año 1574, cuando el futuro rey Enrique III pasó por Venecia en su ruta hacia París, las autoridades no dudaron en presentarle a Verónica, como el mejor presente que podía ofrecerle la ciudad.

Era una persona caritativa que se preocupaba de las mujeres pobres y prostitutas sin hogar. No hay muchos datos sobre sus últimos años, después de caer en desgracia al ser acusada de brujería ante la Inquisición, pero se sabe que murió a los 45 años.

En 1998 se rodó una película (Dangerous Beauty- Más fuerte que su destino) basada en el libro de Margaret Rosenthal, "The Honest Courtesan: The Life of Veronica Franco".


03 mayo, 2007

Las Geishas no son prostitutas


"Las prostitutas se atan el obi adelante, por la premura con la que deben salir a escena para recibir al cliente próximo. Nosotras, en cambio, nos ayudamos entre sí para enlazarlo atrás en forma de flor. Los arreglos distinguen mucho a una geisha de una simple profesional". Setsuko

Las geishas se originaron como profesionales del entretenimiento; originalmente la mayoría eran hombres. Mientras las cortesanas profesionales brindaban entretenimiento sexual, las geishas usaban sus habilidades en distintas artes japonesas, música, baile, y narración. Las geishas de ciudad (machi) trabajaban independientemente en fiestas fuera de los "barrios de placer", mientras que las de barrio (kuruwa) lo hacían dentro de estos. Al declinar el nivel artístico de las cortesanas, las geishas, hombres y mujeres, tuvieron mayor demanda.

Los geisha masculinos (algunas veces conocidos como hōkan) comenzaron a declinar, y para 1800 las geishas femeninas (conocidas originalmente como onna geisha, literalmente geisha mujer) los superaron en número de tres a uno, y el término "geisha" comenzó a usarse para referirse a las mujeres con habilidades para el entretenimiento, como hoy en día.

Tradicionalmente, las geishas comenzaban su entrenamiento a una corta edad. Algunas jóvenes eran vendidas a las casas de geishas en su niñez, y comenzaban su entrenamiento en varias artes tradicionales casi inmediatamente. Durante su niñez, las geishas a veces trabajaban como criadas o asistentes de las más experimentadas, y luego como aprendices de geisha (maiko) durante su entrenamiento. Esta tradición de entrenamiento existe en otras disciplinas de Japón, el estudiante deja su hogar, comienza a hacer trabajos hogareños y asistir a su maestro, para eventualmente convertirse en uno.

La leyenda del Padre Putas


"El espíritu está presto, mas la carne es débil". Este lamento de un apóstol estaba tan asumido en la Salamanca del siglo XVII, que el rey Felipe II dictó una ordenanza para que en la Cuaresma se cumpliera la abstinencia de los dos tipos de carne: la animal y la carnal. Según este decreto, todas las mujeres públicas que vivían en la Casa de la Mancebía debían ser llevadas fuera de la ciudad durante la Cuaresma. Por esa razón, a partir del miércoles de Ceniza las prostitutas abandonaban Salamanca para instalarse en la otra orilla del Tormes, en Tejares.

La leyenda dice que un cura, apodado el Padre ‘Putas’, era el encargado de cuidarlas. Porque aunque a las mujeres se las apartaba, la conciencia cristiana no podía dejar de ‘asistirlas espiritualmente’. Esta situación se alargaba hasta el Lunes de Aguas -lunes siguiente al domingo de Pascua-, cuando el Padre ‘Putas’ iba a recogerlas en barca en compañía de los estudiantes.

Trasladarse mentalmente a aquel momento no es difícil: los pícaros universitarios no ven el momento de que las prostitutas vuelvan a la ciudad, la semana de Cuaresma se les ha hecho larga y llegado el Lunes de Aguas el carácter festivo impregna Salamanca. Las barcas inundan el Tormes, los estudiantes más afortunados van a recogerlas acompañados del Padre ‘Putas’, mientras los habitantes de la ciudad esperan en la orilla.

A su regreso, la comida, la bebida, los bailes y la diversión están garantizados en grandes cantidades. Tras la represiva Cuaresma, llega la revancha personal. La carne se consume en grandes cantidades. Es por eso que el plato preferido ese día era el hornazo, una deliciosa empanada rellena de chorizo, jamón y lomo cuya receta perdura hasta nuestros días.

La decadencia en la Edad Media


En general, la prostitución en las ciudades medievales y especialmente las del norte, adoptó la forma cerrada de los burdeles, aunque no faltaban casos de la ambulante en forma de danzarinas o tañedoras de arpa y cítara.

Las prostitutas de la Edad Media ejercían su comercio como gremio reconocido, figurando en las entradas solemnes de príncipes en las poblaciones festejándoles con ofrendas de flores. No era infrecuente tampoco que las visitasen entonces grandes dignatarios, que por otra parte las obsequiaban con regalos para bailes y festejos. Tal ocurrió en Viena durante el reinado del emperador Segismundo en 1435 y en Praga en el del emperador Alberto II

Las ordenaciones acerca del comercio de las prostitutas eran tan comunes como minuciosas, negándoseles, sin embargo, el derecho de ciudadanía a partir del siglo XV. Se las obligaba a usar trajes especiales, separándolas de las mujeres honradas, incluso en las tumbas, reservándoselas lugar aparte en las iglesias. Tampoco debe olvidarse que la escasa población y menor riqueza de las ciudades medievales impidieron el lujo y esplendor que acompañó al desarrollo de la prostitución en Grecia y Roma.

Las fuentes documentales consultadas coinciden en afirmar que la prohibición, la reglamentación y la abolición de la prostitución se sucedieron a lo largo de los siglos, con resultados diferentes.

02 mayo, 2007

"Delicatae" o las escorts de la Antigua Roma.


La presencia de esclavos y esclavas en los hogares sería uno de los motivos de la libertad sexual con los que se relaciona el mundo romano. Esta presunta libertad sexual estaría íntimamente relacionada con el amplio desarrollo de la prostitución. Como en buena parte de las épocas históricas, en Roma las prostitutas tenían que llevar vestimentas diferentes, teñirse el cabello o llevar peluca amarilla e inscribirse en un registro municipal. No en balde, Catón el Viejo dice que "es bueno que los jóvenes poseídos por la lujuria vayan a los burdeles en vez de tener que molestar a las esposas de otros hombres".

En el año 1 existe un registro con 32.000 prostitutas que estaban recogidas, habitualmente, en burdeles llamados lupanares, lugares con licencia municipal cercanos a los circos y anfiteatros o aquellos lugares donde el sexo era un complemento de la actividad principal: tabernas, baños o posadas.

Los distritos del Esquilino y el Circo Máximo tenían una mayor densidad de burdeles humildes mientras que los más elegantes se ubicaban en la cuarta región, habitualmente decorados con murales alusivos al sexo e identificados en la calle con un gran falo que era iluminado por la noche. Las prostitutas solían exhibir sus encantos en las afueras del prostíbulo y era habitual que en las puertas de las habitaciones existiera una lista de precios y de servicios.

Las prostitutas se dividían en diversas clases: las llamadas meretrices estaban registradas en las listas públicas mientras que las prostibulae ejercían su profesión donde podían, librándose del impuesto. Las delicatae eran las prostitutas de alta categoría, teniendo entre sus clientes a senadores, negociantes o generales.

Las famosae tenían la misma categoría pero pertenecían a la clase patricia, dedicándose a este oficio o por necesidades económicas o por placer. Entre ellas destaca la famosa Mesalina, Agripina la joven o Julia, la hija de Augusto.

Las conocidas como ambulatarae recibían ese nombre por trabajar en la calle o en el circo mientras que las lupae trabajaban en los bosques cercanos a la ciudad y las bustuariae en los cementerios.

El lugar favorito para las relaciones sexuales eran los baños, ofreciendo sus servicios tanto hombres como mujeres; incluso conocemos la existencia de algunos prostíbulos frecuentados por mujeres de la clase elevada donde podían utilizar los servicios de apuestos jóvenes.

Había leyes regulando la prostitución, como por ejemplo la ordenanza de Opio, que se refiere a la indumentaria y al exceso de adornos de las meretrices callejeras. Los vástagos de familias patricias embebieron variopintas lecciones de voluptuosidad mientras luchaban con los ejércitos de Roma en Grecia y Asia Menor. Allí aprendieron a despilfarrar sus riquezas en las refinadas artes de las prostitutas de escuela de aquellas tierras (similares en encanto y habilidades a las geishas japonesas del Medioevo). En su retorno a Roma volvieron a toparse con las reglas fijadas por el talento nativo más rudo y menos sofisticado; así que no les quedó más remedio que importar despabilados prostitutos de ambos sexos de Grecia y Siria, sobre todo. Así nacieron por todo el Imperio casas y burdeles donde la prostitución se tornaba arte a cambio de suculentos denarios.

Eso sí, siempre quedaba, para los pobres, el producto nacional a pie de calle, más barato, apto también para paladares exigentes afectados de racanería. Las prostitutas clandestinas tenían el apoyo de políticos y ciudadanos prominentes. Las rentas de un burdel se consideraban una fuente legítima de ingresos, y tampoco había multa alguna fijada para la prostitución en general.

Termas y prostíbulos de la antigua Roma.

Hetaeras, las escorts de la antigua Grecia.


Aspasia, amante de Pericles, es así la mujer más célebre del siglo V adC. Originaria de Mileto atrae a su casa a Sófocles, Fidias y a Sócrates y sus discípulos. Según Plutarco, «domina a los hombres políticos más eminentes e inspira a los filósofos un interés nada despreciable »

Conocemos los nombres de un cierto número de estas hetaeras. En la época clásica, está Teódota, compañera de Alcibíades, con quien Sócrates dialoga en las Mémorables (III, 11, 4); o Neera, sujeto de un célebre discurso del pseudo-Demóstenes; Friné, modelo de la Afrodita de Cnido — obra maestra de Praxíteles, donde ella es la amante, pero también compañera del orador Hipérides; Leontion, compañera de Epicuro y filósofa ella misma. En la época helenística, se puede citar a Pitónique, compañera de Harpalo, tesorero de Alejandro Magno, o Tais, compañera del mismo Alejandro y después de Ptolomeo I.

Algunas de estas hetaeras eran muy ricas. Jenofonte describe a Teódota rodeada de esclavas, ricamente vestida y alojada en una casa de gran altura. Otras se distinguieron por sus gastos extravagantes: así Rodopis, cortesana egipcia liberada por el hermano de la poetisa Safo, se distinguiría por hacerse construir una pirámide. Herodoto (II, 134-135) no cree en esta anécdota, pero describe una inscripción muy costosa que ella financió en Delfos.


Las tarifas de las cortesanas variaban mucho, pero eran sustancialmente más elevadas que las de las prostitutas comunes. Menandro menciona a una cortesana ganando tres minas por día (1 mina = 100 dracmas), es decir, más que diez pornai reunidas (pornai = prostituta esclava que trabaja para un proxeneta). Si hay que creer a Aulo Gelio (Noches áticas, I, 8), las cortesanas de la época clásica cobraban hasta 10.000 dracmas por una noche.

Si las hetaeras eran innegablemente las mujeres más libres de Grecia, hace falta comprobar que muchas desearan volverse respetables encontrando un marido o un compañero estable: Neera, cuya carrera es descrita en un discurso judicial, llega así a educar a tres niños antes de ser recuperada por su pasado de hetaera. Incluso, Aspasia es elegida como concubina, incluso esposa por Pericles.

Ateneo remarca que «las putas que se transforman en mujeres honorables son generalmente más fiables que esas damas que se precian de su respetabilidad» y cita a varios grandes hombres griegos, hijos de un ciudadano y de una cortesana: como el estratego Timoteo, hijo de Conón. En cambio, no conocemos ningún ejemplo de ciudadana que se hiciera voluntariamente hetaera.


En la antigua Grecia, las mujeres no comían con sus maridos, sino que permanecían recluidas en el gineceo, habitación para mujeres que estaba situada en la parte posterior de la vivienda. Las únicas mujeres que podían sentarse a la mesa de los varones eran las hetairas, cortesanas de alto nivel.

01 mayo, 2007

Como ser escort y sobrevivir en el intento

Sobre el ciberespacio y otras reflexiones.

Internet es un gran escaparate. Puedes anunciarte sin invertir una gran cantidad de dinero en publicidad pero también tiene sus inconvenientes. Llevo poco tiempo en este mundillo pero el suficiente para empezar a entenderlo. Cada día se crean nuevas webs y hay más profesionales que se ofrecen a crear la tuya propia.

He aquí unas cuantas reflexiones a las que he llegado y que dedico a las chicas que empiezan:

Antes de anunciarte en una web haz un poco de “estudio de mercado”, mira, compara, observa el tipo de fotografías, textos, tarifas de otras profesionales, etc. Decide como vas a presentarte y si tus fotos van a ser atrevidas o sensuales. Si vas a ir por libre como independiente tendrás que ser tú quien se promocione. Se coherente y pon siempre los mismos datos personales y tarifas en todas las webs. Decídete por un sólo “nombre artístico”, tener varios nombres de guerra resulta confuso y sólo lleva a especulaciones. Si te decides por agencia, asegúrate de que no ponen fotos falsas (eso a la larga se volverá en tu contra y perjudicará tu carrera) y de que la descripción que hacen de ti se acerca lo máximo posible a la realidad. No querrás llegar a una cita y que el cliente te rechace. No sólo habrás perdido tiempo y dinero, también dañará tu autoestima

Antes de decidir si vas a enseñar tu cara en las fotos piensa si no te importa en este momento que todo el mundo sepa lo que haces o si en el futuro esto podría volverse en tu contra. Tus fotos andarán por el “ciberespacio”, pueden dar la vuelta al mundo y cualquiera puede verlas. Ese problema no existía con la prensa escrita.

Piensa que tus fotos se pueden copiar por lo que podrían aparecer en lugares que no tenías previstos o alguien podría utilizarlas para su propio beneficio. Las fotos de tipo pornográfico aunque te parezca que pueden reportarte más clientes también atraen a bromistas y gente que te llamará para masturbarse y hacerte perder el tiempo. Piensa a qué tipo de clientes va dirigido tu anuncio y cuales no deseas tener.

Paralelamente se han ido creando foros de discusión sobre escorts. Unos son serios y otros mejor que ni los leas. Te encontrarás con buenas y malas críticas. No todo lo que leas sobre ti te gustará y muchas veces se inventarán cosas, dirán que eres otra chica y que te anuncias en tal y tal agencia o que han estado contigo sin ser cierto. El anonimato de internet permite que la gente diga lo que quiere y si tienen mala intención no podrás hacer nada para evitarlo. No caigas en la tentación de responder a los ataques, no vale la pena, y si lo haces que sea con educación y así quedarás como una señora. No te pongas a su nivel, en el fondo buscan la provocación y no ganarías nada. En según que foros los que hablan mal de ti en el fondo te hacen un favor porque así ese perfil de persona no te llamará. Si eres honesta y haces bien tu trabajo por muchas trabas que te pongan te irá bien, además existe el boca a boca, tus clientes te recomendarán a sus amigos y tendrás clientes fijos.

No caigas en la tentación de inventar experiencias y pretender que eres un cliente satisfecho. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Si se descubre tu credibilidad quedará en entredicho.

Si tienes un representante asegúrate de que por velar por tus intereses económicos no dañe tu imagen y credibilidad. Si quieres hacer el máximo dinero posible en poco tiempo quizá te irá bien así pero si lo que pretendes es una continuidad y vivir de esto unos años, mejor tener pocos clientes satisfechos continuadamente que ninguno a largo plazo.

Por último, si decides lanzarte a esta profesión, piensa que podrás no gustar físicamente a todo el mundo, a lo mejor te falta experiencia (eso se gana con el tiempo), y quizá no eres la mejor en el sexo en este momento pero si eres honesta, simpática y buena persona nadie podrá echarte en cara que no pones voluntad y con el tiempo puedes llegar a ser una buena profesional.

Suzannah

Bienvenidos

Mi nombre es Suzannah, pero mis amigos y clientes me llaman Su. Ejercí durante un tiempo como escort a tiempo parcial y arprendiz de Dominatrix. También participé en un foro sobre sexo de pago.

Me gustaría que este blog sirviese para desmitificar la imagen sórdida que la mayoría tiene sobre la prostitución, y en especial las feministas. No se debe confundir el sufrimiento que produce el tráfico de personas y la trata de blancas con el libre ejercicio de esta actividad a la que nadie se atreve a llamar "trabajo", salvo las que lo realizan.

El sexo es algo natural por lo que no hay nada degradante en él siempre que cualquier práctica se realice sin coacción entre personas adultas.

Escort significa acompañante. Son la élite de las prostitutas y en muchas ocasiones ni siquiera ofrecen sexo. Son las modernas cortesanas. En el pasado las cortesanas cautivaron a algunos de los más ilustres hombres de Europa haciendo alarde de sus habilidades tanto en sociedad como en la intimidad. Obtuvieron riquezas, poder, educación y libertad sexual en una época en que todo ello estaba vedado a las demás mujeres.

En la actualidad las mujeres obtienen títulos universitarios y altos cargos en las empresas públicas y privadas, pero aun así, muchas mujeres inteligentes y cultivadas optan por el negocio del amor.